Pedir perdón es poner una curita en una herida abierta que nosotros mismos provocamos…Insuficiente y a destiempo.Recién cuando nos hacemos responsables de lo que hacemos, ahí, se puede empezar a construir algo distinto. Suplicando, a los gritos, de rodillas, implorando en todos los idiomas… pedir perdón no alcanza, no repara, no alivia, si no nos hacemos responsables de nuestras acciones. Cuando no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa, por que un simple “perdón” no puede borrar el dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario